Breve historia del vidrio

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Actualmente resulta difícil imaginarse una sociedad que no utilice el vidrio. Vivimos rodeados de objetos hechos de este material y lo empleamos sin mayor problema, sabiendo que un golpe no muy fuerte lo puede romper.
Aún cuando todos los días estamos en contacto con él, no sabemos muy bien qué es o desde cuando existe.  Por eso quisiera  hablar un poco de su naturaleza y origen.

 

El vidrio en su estado natural fue uno de los primeros elementos utilizados por el hombre, la pieza de vidrio más antigua que se conoce es del año 4000 a.C. El hombre primitivo lo utilizó la obsidiana para fabricar flechas, cuchillos, entre otras cosas. Civilizaciones más adelantadas lo disfrutaron en calidad de joyas, espejos y gran cantidad de objetos utilitarios.

 

No se sabe con exactitud cuándo comenzó su fabricación artificial, pero los expertos dicen que fue en Mesopotamia donde fue fabricado por primera vez. Se sabe que al principio los objetos eran esculpidos con mucho esmero a partir de bloques sólidos, fue en Egipto donde poco después, empezaron a trabajar el vidrio fundido. Por el año 200 a.C. en Babilonia, aparece un tubo de hierro conocido como la "caña de vidriero" que servía para soplar vidrio, y con él nace la técnica que sigue intacta hasta nuestros días.

 

Los romanos, como en muchos otros campos, no se quedaron atrás. Manejaron el vidrio de una forma verdaderamente asombrosa. El vidrio fue esculpido, atravesado y cortado para formar hermosas piezas llenas texturas y alcanzaron la habilidad de usar óxidos metálicos como colorantes. No sólo utilizaron el vidrio para elaborar objetos y obras artísticas, los romanos descubrieron que podían utilizar el vidrio plano en las construcciones y así aprovechar su transparencia. La habilidad de los artesanos romanos recae sobre todo en Venecia, quienes hacen importantes descubrimientos e inventos: de ahí el preciado vidrio de Murano que conserva su fama hasta nuestros días.

 

Una innovación importante en la historia del vidrio fue la creación de los hornos en los que se fundía la materia prima para que los artesanos hicieran las piezas, permitiendo así que más personas se dedicaran a esta profesión, y la producción creció de una manera impresionante.

 

Lo maravilloso es que hoy lo tenemos y podemos aplicarlo en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana: arte, decoración, construcción, diseño industrial, óptica y hasta hermosas piezas de joyería. 

 

Fuente: López T. y Martínez A. (1995). El mundo mágico del vidrio, ed. 2003, México. Fondo de Cultura Económica